La incorporación de aditivos en el proceso de cocción del azúcar ha demostrado ser una herramienta eficaz para mejorar el rendimiento general de la cristalización. Entre ellos, los agentes reductores de viscosidad se destacan por su impacto directo sobre uno de los principales obstáculos en la producción: la resistencia al flujo en masas cocidas altamente concentradas.
El uso de estos aditivos trae múltiples beneficios:
- Reducción del tiempo de cocción: Al disminuir la viscosidad, se mejora la transferencia de calor, lo que acelera el proceso.
- Cristales más homogéneos y definidos: La baja resistencia favorece una nucleación más uniforme y un crecimiento controlado.
- Mayor recuperación de sacarosa: Al optimizar las condiciones de cristalización, se reduce la pérdida de azúcar en la miel final.
- Ahorro energético: Una cocción más eficiente implica menor demanda de vapor y reducción en el consumo global de energía.
En conclusión, los aditivos bien formulados no alteran la química del proceso, sino que la potencian, permitiendo a los ingenios azucareros alcanzar niveles superiores de eficiencia y calidad, adaptándose a los desafíos actuales de producción sustentable y optimización de recursos.